
Por Lien Soto Alemán.
En Cuba, la expansión del ejercicio del trabajo por cuenta propia aporta nueva fisonomía a las dinámicas socioeconómicas, y la micro, pequeña y mediana empresa, junto a la empresa familiar (con un marco regulatorio en evolución) deben ser portadores de valores y responsabilidades que se entronquen con los valores y principios propios del sistema socioeconómico cubano. Las potencialidades de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) son asimilables en el sector empresarial privado, en las cooperativas en sus diferentes sectores y en general en cualquier organización que desarrolle actividad constitutiva de empresa.
¿Qué es la Responsabilidad Social Empresarial –RSE-?
La RSE es un enfoque de gestión empresarial, que busca compatibilizar el rendimiento económico de la empresa con la satisfacción de los intereses de todos los sujetos con los cuales interactúa en su gestión, en una suerte de relación con beneficios mutuos. Dicha relación no debe estar reñida con el objetivo principal de generar beneficios, ni tampoco tiene porqué amenazar la rentabilidad y la propia supervivencia de la organización. Una empresa que actúa bajo las premisas de la RSE, motivaría una dinámica en sus procesos productivos, orientada por determinados principios hacia los actores sociales, iniciando en sus propios trabajadores y llegando a la sociedad.
La RSE no solamente implica cumplir las obligaciones legales. Se trata de ir más allá e invertir en el capital humano, el entorno de la empresa y las relaciones con los diferentes actores sociales, asumiendo las consecuencias que se deriven de sus actos. No puede ser vista solo como sobrecumplimiento normativo ya que la RSE se articula con las leyes, para que estas se cumplan y sean efectivas.
De esta manera la empresa interactúa en su gestión desde una triple dimensión: económico, social y ambiental sostenible. La dimensión económica es clave, al tratarse de la viabilidad económica de la empresa, que le es consustancial por su propia naturaleza de ente generador de beneficios económicos.
Por su parte, la dimensión social es vista en sus dos vertientes: la externa, a partir de la articulación de intereses económicos con intereses sociales de la comunidad, en la cual el sujeto inserta su gestión, y la interna o laboral, mediante la defensa de los derechos de los trabajadores, la seguridad y la salud en el trabajo, así como la capacitación y la educación. Finalmente, la dimensión ambiental comprende a la prevención de riesgos ambientales, la mitigación de daños, las actitudes proactivas ante el cuidado del medio ambiente, entre otras. Todas integrarían un paradigma de comportamiento socialmente responsable de la empresa.
Beneficios de la RSE:
El desarrollo social a nivel de país es un problema de todos y la RSE como enfoque de gestión puede aportar mucho. Lo que para muchas empresas puede ser visto como gasto, desde el enfoque RSE es una inversión, y cuando se invierte en acciones de mitigación de las afectaciones al ambiente, en formación y capacitación de los trabajadores, atención al hombre, a su familia y a las comunidades, se visibiliza la RSE y esto tiene gran valor económico.
¿Quiénes están interesados en la RSE de la empresa?
Todos aquellos que tienen interés en la gestión de la empresa porque se ven afectados de una forma u otra por el proceso empresarial (grupos de interés): los trabajadores de la empresa, los clientes y consumidores, los proveedores, las comunidades locales, el Estado, entre otros.
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